jueves, 9 de junio de 2016

10 mitos sobre el matrimonio

En 1988 el sociólogo estadounidense Jeffry H. Larson publicó "The Marriage Quiz" ("La encuesta del matrimonio: las creencias de los estudiantes universitarios sobre algunos mitos del matrimonio"). En este libro, a partir de diversos estudios, mostraba que muchos matrimonios se rompían o eran más infelices de lo que cabría esperar porque los jóvenes se casaban con una serie de expectativas no realistas que, al no cumplirse, consideraban señales de desastre y causas para desistir del esfuerzo que significa convivir.

Eran "razones para desertar". Razones malas, razones irracionales... pero que culturalmente consideraban que prácticamente les obligaban a romper su familia, o a desistir de intentar mejorarla.

Los años han ido reforzando las tesis de J.H. Larson y otros libros y estudios lo han constatado ampliándolo a otros ámbitos. Así, se ha publicado el ensayo Las creencias de la pareja sobre el matrimonio, volverse a casar y ser padres (Universidad de Tenessee), de Susan Alford Carter, El apoyo de los mitos sobre el matrimonio de los terapeutas familiares, de Benjamin E. Caldwell y Scott R. Woolley, o los trabajos de D. Popenoe. Todos ellos recogen y denuncian esas ideas derrotistas, "pro-divorcio" y "pro-ruptura", tan dañinas como extendidas. Aunque se trata de datos recogidos en Estados Unidos, en otros países con divorcio extendido no deben ser muy distintas.



He aquí una selección de 10 de estas ideas derrotistas y equivocadas.

1. "Nuestra vida sexual va mal: no tenemos futuro, rompamos"
Mucha gente cree que si el sexo falla, todo fallará, la felicidad será imposible, etc... No es cierto, porque aunque la relación sexual es un elemento importante del matrimonio no es el único. Los problemas sexuales de pareja se pueden mejorar, tratar, llevar a terapia, y al final lo verdaderamente importante es el trato interpersonal. 

2. "Un niño nos unirá" o "Sin niños, ¿para qué estar unidos?"
Hay parejas que se rompen ante la dificultad para engendrar, y las hay que creen que hay que engendrar a toda costa para lograr unir a la pareja. Lo cierto es que los hijos son fines, no medios. Son frutos de la relación, pero no los únicos. Es sano y normal tener hijos, la fertilidad no es una enfermedad, la infertilidad sí es un fallo en la salud. Pero un matrimonio puede ser fértil de muchas formas sin tener hijos: puede adoptar, puede volcarse en ayudar a los niños necesitados del mundo, puede ser fértil en obras solidarias, artísticas, educativas y en amarse el uno al otro. El matrimonio es superior y anterior a los hijos: está ahí antes de que lleguen los niños, y ha de seguir cuando los niños se van de casa.

3. "Cuando la mujer tiene más estudios, es más fácil que se rompa la pareja, por lo tanto lo nuestro no puede durar mucho"
Estadísticamente se ha demostrado en EEUU que los hombres tienden a evitar casarse con mujeres que ganan más o tienen más estudios que ellos, y es cierto que cuando se casan así puede haber más rupturas. Pero que se dé este hecho estadístico no significa que los matrimonios con mujeres con estudios y buenos salarios deban verse como antesalas de la ruptura. Los cónyuges son los que deciden que su relación va a ser de compromiso de por vida.

4. "Todo el mundo sabe que en la vida de casado la vida sexual es más aburrida y rutinaria; de soltero todo es más apasionante"
Este mito hace que algunos casados fantaseen con su juventud soltera (aunque en realidad era más hermosa por joven que por soltera) y con las proezas sexuales que cuentan otros solteros... Pero que las cuenten no significa que las vivan. Las personas casadas con una vida sexual magnífica y plena no suelen hablar de ella, precisamente porque es algo precioso pero también cotidiano para ellos; presumir ante los demás es cosa más frecuente de solteros.

5. "Siempre estamos discutiendo: es inevitable que rompamos"
No es cierto. Las estadísticas en EEUU hace años que tienen bien establecido que las principales causas de divorcio son las infidelidades, las adicciones (drogas, ludopatías, alcoholismo) y el derroche de dinero (ligado a menudo a las adicciones). Hay parejas muy dadas a comentar las cosas "con fuerte voz" y apasionamiento, pero que no se separarán nunca. Por otra parte, siempre es posible ir a una terapia de pareja para aprender hábitos de diálogo, resolución de conflictos en pareja, cómo abordar las discusiones, etc...